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¿POR QUÉ ES IMPORTANTE EL NITRÓGENO PARA CULTIVAR MAIZ?
El Nitrógeno en el maíz

En este post podrás leer:

El maíz se ha convertido en un producto fundamental dentro de la alimentación humana y ganadera, lo que hace que sea un cultivo estratégico a nivel mundial. Esta importancia como cultivo nos da una innovación constante en variedades cada vez más productivas, pero que son, a su vez, más exigentes con sus necesidades nutricionales.

Para cultivar maíz hacen falta tres cosas fundamentales: calor, agua y nitrógeno.

consejos cultivo maíz

Si nos ceñimos a España, el maíz es un cultivo de verano. El ciclo a utilizar va en función de la integral térmica (a más calor, ciclo más largo) y de la fecha habitual de la primera helada. Si se produce una helada temprana sin que se haya cerrado el ciclo, tendremos problemas de merma de producción y de dificultad de secado natural.

Siguiendo en España, el nivel de precipitaciones veraniegas hace que el maíz sea (salvo en Galicia y Cornisa Cantábrica) un cultivo obligatoriamente de regadío. Sus necesidades hídricas son algo menores que las del trigo si nos referimos a Litros para cada Kg de materia seca. El problema son los kilos de materia seca que produce un maíz frente a un trigo, que hace que las necesidades de agua se disparen. Y, por último, el que, probablemente, sea el factor más limitante en el cultivo del maíz: el Nitrógeno.

Como todos sabemos, las necesidades de Nitrógeno del maíz son de, aproximadamente, 30 ud/1000 kg, lo que nos da unas necesidades grandes, de más de 300 ud. para una cosecha “normal”.  Hemos de darnos cuenta de que debemos cubrir las necesidades del cultivo durante todo el ciclo y, además, ser conscientes de la dinámica del Nitrógeno en el suelo. También hemos de conocer las formas químicas en las que podemos aportar el Nitrógeno y cómo se comportan en el suelo, lo que nos va a determinar cuánto nitrógeno vamos a perder.

El Nitrógeno lo podemos aportar en 3 formas químicas:

  • Nítrica: La forma en que se alimentan las plantas fundamentalmente. No hay forma de evitar las pérdidas de la forma nítrica.
  • Amoniacal: Las plantas son capaces de asimilar algo de Nitrógeno en forma amoniacal. Es la forma más estable en el suelo. Los microorganismos del suelo son capaces de transformar la parte amoniacal en nítrica. Si esta transformación es muy rápida, las plantas no son capaces de asimilar todo el Nitrógeno y este se pierde por lixiviación.
  • Ureica: Las plantas no son capaces de asimilar la forma ureica del Nitrógeno.

ciclo del nitrógeno, plan de fertilización para maíz

En el suelo se produce el paso de la forma ureica a la amoniacal (y esta, a su vez, a nítrico). El paso de Ureico a Amoniacal puede ser muy rápido, de tal manera que la fracción amoniacal se evapora y se pierde en la atmósfera.

En resumen, el Nitrógeno que nosotros aportamos al suelo no se aprovecha al 100% por el cultivo.

Se estima que cerca del 50% del Nitrógeno que aportamos se pierde, ya sea por volatilización en forma de amoniaco o por lixiviación en forma nítrica.

En definitiva, hemos de darnos cuenta de que perdemos gran parte del nitrógeno que aportamos a nuestro cultivo.

Esto tiene varias consecuencias:

  • Merma en la producción esperada.
  • Gasto en abono que no somos capaces de rentabilizar.
  • Efectos adversos en el medio ambiente: contaminación de las aguas subterráneas, emisión de gases contaminantes, huella de carbono….

nitrógeno cultivo maíz

Cómo podemos minimizar estas pérdidas: realizando una fertilización racional y eficiente.

Lo primero que debemos saber es el estado de nuestro suelo. Un análisis de suelo nos va a ayudar a conocer una serie de parámetros (textura, materia orgánica, pH, contenido de nutrientes, etc..) de manera que sabremos las carencias o excesos de nutrientes presentes en el suelo. Esto nos permitirá ajustar el abonado.

Una vez conocidas las necesidades, hemos de aplicar de manera racional los abonos, en especial los nitrogenados, para lograr la máxima eficiencia y evitar las pérdidas.

Para evitar las pérdidas de nitrógeno, una de las maneras más eficaces y rentables es el uso de productos nitrogenados inhibidos.

El uso de productos inhibidos hace que podamos reducir las pérdidas por lixiviación y por vaporización. Tendremos el nitrógeno a disposición de la planta de manera gradual y nos aseguraremos de que llegue hasta el final del ciclo.

En el caso del maíz, todos hemos visto plantas “arrastrojadas” mucho antes de que se cierre el ciclo y mazorcas con mucha “nariz”. Estos son dos síntomas evidentes de que el nitrógeno no llegó hasta el final del ciclo. El síntoma final, el más evidente y el que menos nos gusta, es la merma en la producción.

Desde Tarazona queremos aportar productos para una fertilización del maíz racional y eficiente, de modo que minimicemos lo más posible las pérdidas de Nitrógeno.

Para esto, disponemos de dos gamas de productos nitrogenados inhibidos:

NITRENE®: Productos con el Nitrógeno en forma nítrica y/o amoniacal y que disponen de la molécula DMPP, que inhibe la transformación de la fracción amoniacal en nítrica. Esto se traduce en una reducción de pérdidas por lixiviación de entre el 15% y el 20%

ENEBE®: Productos con el Nitrógeno en forma amoniacal y/o ureica. Disponen de LIMUS®, molécula que dispone de dos inhibidores, de modo que el paso de ureico a amoniacal es mucho más lento y gradual, lo que evita la vaporización del amoniaco. La urea sin inhibir puede perder entre el 10% y el 40%. La urea con LIMUS® solo pierde un 5%.

plan de fertilización maíz cultivo con nitrógeno

La forma más eficiente de aplicación del nitrógeno es de dos veces: fondo y cobertera.

En fondo podemos aplicar una parte pequeña del nitrógeno, el fósforo y la potasa. Para esto utilizaremos algún NPK de la gama NITRENE® a la dosis más adecuada a nuestro suelo (necesidades que calculamos a partir de los datos de la analítica de suelo previa).

La ventaja de aplicar NITRENE® en fondo es la disponibilidad de nitrógeno nítrico para las plantas recién nacidas. Esto nos da un desarrollo rápido en los primeros estadíos del cultivo. Además, como las necesidades de agua no son muy altas, no se suele regar, por lo que no tendremos problemas de lavado de nitratos.

En cobertera debemos aplicar el grueso de nuestras necesidades de Nitrógeno, para lo que utilizaremos alguna de las fórmulas de nuestra gama ENEBE®. Son productos con el nitrógeno en formas ureica y amoniacal y acompañados de azufre, lo que les hace más efectivos. La combinación de las dos formas de Nitrógeno acompañadas de la inhibición por LIMUS® hace que el nitrógeno esté disponible durante todo el ciclo y lleguemos a conseguir mazorcas llenas con alta producción.

Con esto conseguimos rentabilizar lo más posible nuestra inversión en abonado y, además, somos más respetuosos con el medio ambiente al reducir la emisión de gases tóxicos a la atmósfera y reducir, a su vez, nuestra huella de Carbono.

¡¡BUENA COSECHA!!

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