La agricultura moderna enfrenta nuevos desafíos, integrando enfoques ecológicos y moleculares, para lograr mayores rendimientos de los cultivos y reducir al mínimo los impactos sobre el medio ambiente. Las investigaciones hacia el desarrollo de nuevas biotecnologías han aumentado el interés en los microorganismos benéficos del suelo.

Las interacciones con el medio biótico “plantas y microorganismos” son muy complejas y utilizan diferentes mecanismos de acción. Estos mecanismos se agrupan en: biofertilización y fito-estimulación.

Una biofertilización correcta, ayuda a una fertilización tradicional, reduciendo el uso de energía de la planta a la hora de absorber los distintos nutrientes, disminuye la degradación del agroecosistema y reduce la pérdida de nutrientes del suelo por lixiviación, sobre todo de nitrógeno. Asimismo, al ser de origen natural, los productos formulados son fertilizantes ecológicos, que promueven una agricultura sostenible.

Los biofertilizantes o bioestimulantes a base de microorganismos promueven y benefician la nutrición y el crecimiento de las plantas. Se trata de microorganismos del suelo, generalmente hongos y bacterias, que se asocian de manera natural a las raíces de las plantas. Existe una gran diversidad de microorganismos beneficiosos para las plantas cuya simbiosis con la raíz es esencial para mejorar la absorción de nutrientes y agua. Los principales grupos utilizados son las micorrizas, las rizobacterias y las trichodermas.

Estas interrelaciones entre microorganismos inciden en la interacción suelo-planta-microorganismos y repercuten, de forma directa, en el crecimiento y en el desarrollo de las especies vegetales. Las interacciones entre los tres es lo que determina la efectividad de estos productos y el comportamiento del cultivo.

Estos microorganismos tienen numerosas ventajas y pueden facilitar de manera directa o indirecta:

• Absorción de agua y nutrientes
• Protección física frente a hongos patógenos y nematodos
• Limitación en la absorción de metales pesados
• Mayor desarrollo radicular y capacidad exploratoria de la raíz
• Liberan de forma gradual o lentamente elementos nutritivos y contribuyen a la reserva residual de N y P orgánicos del suelo, reduciendo las pérdidas de N por lixiviación y la fijación de P y también pueden suministrar microelementos nutritivos.
• Ayudan a suprimir enfermedades y parásitos transmitidas por organismos nativos del suelo.
• Destruir la pared celular de hongos patógenos mediante enzimas y antibióticos que excretan al medio.
• Parasitación y eliminación de hifas de hongos.

El papel fundamental, a la hora de mejorar la absorción de los nutrientes, tiene especial relevancia con el fósforo. Está especialmente demostrado su efecto en la solubilización de fósforo y hierro. El fósforo, en el suelo es el factor limitante del desarrollo vegetal a pesar de ser abundante tanto en formas inorgánicas como orgánicas. Por ello, la importancia de las bacterias de la rizosfera solubilizadoras de fósforo, especialmente Pseudomonas y Bacillus.

La familia TARAMIC^® está basada en productos a base de una mezcla equilibrada de microorganismos para ser aplicados vía fertirrigación. Dentro de TARAMIC^®, se encuentran los productos HOLERIS 4G y HOLERIS ROOT.

Los microorganismos que contienen TARAMIC® tienen una serie de efectos bioestimulantes que ayudan a la planta a desarrollarse en condiciones de estrés abiótico y recuperarse tras estos periodos. Los microorganismos son capaces de ajustar las necesidades hídricas de la planta. Asimismo, incrementan la fotosíntesis, inmovilizan los metales pesados y aumentan los rendimientos de los cultivos.

La familia de microorganismos TARAMIC® está compuesta por los principales grupos como son las:

• Micorrizas (Glomus spp.)
• Rizobacterias (Bacillus spp., Streptomyces sppPseudomonas spp.)
• Trichoderma spp.

Además, no sólo puede aprovecharse el efecto de cada microorganismo por separado, sino que se ha demostrado que las sinergias entre microorganismos potencian el efecto bioestimulante de cada uno, consiguiendo un efecto completo, que promueve un desarrollo y protección total de la planta en los momentos de mayores necesidades o vulnerabilidad.

Estudios controlados de invernadero y campo, han demostrado que la aplicación de estas tecnologías redunda en claros beneficios. El conjunto de aspectos y mejoras conseguidos se traduce en una planta/cultivo más sano, con mayor aporte nutritivo, consiguiendo además una mayor resistencia a enfermedades y mayores rendimientos productivos.

Desde el área de I+D+i de Tarazona, realizamos ensayos y pruebas de campo para avalar los resultados de los productos. Gracias a los estudios realizados con HOLERIS 4G en el cultivo de tomate de industria hemos extraído unas conclusiones muy positivas sobre la influencia de los microorganismos en las plantas.

Hemos realizado dos ensayos en el cultivo de tomate de industria, en el cual se han definido varios objetivos.

Por un lado, el objetivo principal del ensayo 1 fue la evaluación de la efectividad de la formulación Holeris 4G para la estimulación y/o crecimiento del sistema radicular y para una mejor absorción de nutrientes y agua.

Los resultados muestran que las plantas con Holeris 4G tienen un mejor sistema de raíces y un incremento en altura superior al testigo.

Por otro lado, en el ensayo 2 se definió como objetivo la evaluación de la eficiencia nutricional e influencia en la producción del producto Holeris 4G.

Las conclusiones extraídas muestran que las plantas tratadas con Holeris 4G tienen una producción superior frente al resto de tratamientos realizados.

Desde Tarazona, realizamos las recomendaciones con el fin de maximizar el rendimiento del cultivo a la par que es sostenible con el medioambiente, siempre en línea con nuestro principio de Fertilosofía®: fertilización eficiente y sostenible.